Francisco Tobajas Gallego
El
pasado 13 de diciembre tuvo lugar en el Salón de Actos de Bantierra de
Calatayud, la presentación del libro La Comunidad de Aldeas de Calatayud en la
Edad Media , de José Luis Corral
Lafuente. Este libro ha sido editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos, de
la Institución Fernando
el Católico, en colaboración con la Comunidad de Calatayud y la Diputación Provincial
de Zaragoza.
Este
libro es el estudio más completo publicado hasta el día de hoy dedicado a la Comunidad de Aldeas, que
carecía de una monografía que explicara su origen y sus estructuras políticas y
administrativas, así como sus órganos de gobierno, sus estatutos y reglamentos.
Esta nueva publicación tiene su origen en una investigación que llevó a cabo el
autor, junto a María José Sánchez-Usón, que se trasladó a dos estudios
publicados en las actas del I Encuentro de Estudios Bilbilitanos, 1983,
dedicados a las Sesmas de la
Comunidad de Calatayud, como modelo de ordenación territorial
en los siglos XV y XVI, y al Catálogo del desaparecido archivo de la Comunidad de Calatayud,
que se conservaba en una sala anexa a la iglesia de San Miguel de Maluenda, al
menos hasta principios del siglo XIX.
La
composición de este desaparecido archivo de la Comunidad , se conoce por
dos libros de registros que se conservan en el Archivo Municipal de Calatayud,
fechados en 1621 y 1672. El archivo de la Comunidad de Aldeas estaba ordenado en diez
secciones.
En
el asedio de Bayona, Alfonso I concedió fuero a Calatayud en 1131, sobre el
cual, según José Luis Corral, falta un estudio profundo y completo del mismo.
Así el 26 de diciembre de 1131, el rey hizo donación a la entonces villa de
Calatayud de un amplio territorio dentro de unos límites, que estaba sujeto al
señorío jurisdiccional de Calatayud, cuyo Concejo actuó como un verdadero señor
feudal. Para favorecer la repoblación de aquellas tierras de frontera, el rey
concedió amplios privilegios, derechos y libertades a los pobladores,
ratificando la libertad y la igualdad de todos ellos, con libertad de culto y
de mercado, defendiendo radicalmente la propiedad privada.
En
1182 el Papa Lucio III, concedió una bula por la que adjudicaba el patronato de
las iglesias de Calatayud a las aldeas de su término, cuando aún no se había
constituido la Comunidad. Esta
concesión de las rentas de las iglesias de las aldeas a las parroquias de la
villa, fue germen de posteriores conflictos.
Calatayud
no quiso perder sus privilegios de dominio señorial sobre sus aldeas y les siguió
exigiendo el pago de impuestos. Pero el 13 de febrero de 1269, el rey Jaime I,
estando en Calatayud, concedió a los habitantes de las aldeas de la Comunidad que no pagasen
300 sueldos a los acreedores y escribanos de la villa, y que no contribuyeran a
los gastos que no fueran en beneficio de
la propia Comunidad. En septiembre de este mismo año de 1269, el infante don
Pedro confirmaba que la
Comunidad no tenía que contribuir a pagar los gastos de la
villa de Calatayud. En 1296 Jaime II declaraba que la Comunidad era libre para
tener términos propios, usar sus pastos y poseer hornos, molinos, dehesas y
heredades.
El
oficial principal se llamaba Procurador General, cargo creado hacia 1250. Se
ayudaba de un alguacil, de un regidor de sesma y de varios comisarios. La Comunidad tenía también un
cuerpo propio de notarios. El Justicia de Calatayud fue el único oficial que
conservó sus prerrogativas sobre las aldeas. Tanto Calatayud como las aldeas,
como lugares de realengo, mantenían los oficiales reales, como el merino y el
baile.
La
población total de la
Comunidad de Calatayud debió oscilar entre los 25.000 y los
30.000 habitantes en los siglos XIV y XV, con grandes oscilaciones a causa de
las pestes y las guerras. En el siglo XV sólo había población mudéjar en
Alhama, Terrer, Santos, Embid, Saviñán y Paracuellos de la Ribera. En 1319 algunos
mudéjares de Saviñán, cuya morería era de señorío, acudieron a repoblar el
lugar de Salillas. La morería de Saviñán perteneció a los condes de Luna, pero
en 1416 Alfonso V la donó a Hernando de Sayas. La Comunidad la compró a su
viuda en 1434. En 1495 sólo quedaban mudéjares en Terrer y Saviñán.
El
libro incluye un CD con un interesante apéndice documental.
José
Luis Corral propuso a las autoridades allí presentes, como colofón a la conmemoración del Sexto
Centenario del Compromiso de Caspe, la celebración de un acto en Calatayud,
donde tuvo lugar una primera reunión, que más tarde daría lugar a la Concordia de Alcañiz y culminaría
con el Compromiso de Caspe de 1412. El profesor Corral también consideró la
necesidad de reescribir la historia de Calatayud, a la luz de los nuevos
conocimientos, propuesta que ya dejó caer en la presentación de las actas del
VIII Encuentro de Estudios Bilbilitanos.
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