viernes, 24 de mayo de 2013

EN CALATAYUD EMPEZÓ TODO


Francisco Tobajas Gallego

            El pasado 16 de mayo se presentó en Calatayud un curioso e interesante folleto, debido al profesor José Luis Corral, con largo título: En Calatayud empezó todo. El Parlamento de 1411. Origen del Compromiso, que ha sido editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos.

            El 31 de mayo de 1410 el rey Martín I muere en el monasterio de Valdoncellas de Barcelona sin heredero. Sin rey, la unidad de los Estados que componen la Corona de Aragón está en peligro. Por ello cada uno de los Estados se pondrá manos a la obra para resolver esta difícil sucesión dinástica. En Aragón el Papa Luna tomará la iniciativa para evitar el desgobierno. En el verano de 1410, los catalanes serán convocados por su gobernador general a un parlamento en Montblanc el 10 de septiembre, que se traslada más tarde a Barcelona. En él, los catalanes manifestarán su intención de mantener la unidad de la Corona de Aragón, enviando embajadores a Aragón y Valencia para procurar un acuerdo.

De los candidatos a suceder a Martín I, los catalanes apoyaban a Jaime de Urgel y los aragoneses al príncipe castellano Fernando de Trastámara. Los valencianos estaban divididos y no tenían un candidato definido. Fernando de Trastámara, que acaba de reconquistar Antequera, cuenta con el importante apoyo del Papa Luna. Por su parte Jaime de Urgel se autoproclamará legítimo sucesor de Martín I, levantándose en armas para defender sus derechos. En Aragón cuenta con el apoyo del noble Antonio de Luna, pues la familia de los Urrea, sus rivales, apoyan al infante castellano Fernando de Trastámara.


            En 1411 y ante la confusión existente en el reino de Aragón, el gobernador y lugarteniente del reino de Aragón, don Gil Ruiz de Lahori, y el Justicia Mayor de Aragón, don Juan Jiménez Cerdán, convocan a los aragoneses a un parlamento a celebrar en Calatayud, en donde se ha de decidir el procedimiento para la elección del nuevo rey. El Papa Luna favorecerá la elección de Calatayud por varios motivos, también por querencia personal. Además, la ciudad tiene capacidad para acoger estas y otras reuniones, como son las Cortes del reino, y es frontera con Castilla, de donde es el candidato apoyado por Benedicto XIII. Con ello, Calatayud se convertirá en el centro político del reino de Aragón y aun de toda la Corona.

A principios del siglo XV, Calatayud cuenta con una población cercana a los 7.000 habitantes. Tras la Guerra de los Dos Pedros, en la que Calatayud fue sometida a cuatro meses de asedio con bombardeos de bolaños y otros proyectiles, antes de ser ocupada por las tropas castellanas de 1362 a 1366, la ciudad deberá hacer frente a una costosa reparación de sus murallas y defensas. En 1410 ya se han reconstruido los castillos de la Peña, el Mayor y el Real, además de las puertas de la ciudad  y los muros del barrio del Santo Sepulcro. Calatayud se ha recuperado lentamente de las crisis producidas por las epidemias de la peste y de la guerra con Castilla. En 1379 los Sayas y los Liñán habían firmado un pacto por el que ponían fin a un siglo de enfrentamientos, aunque en el invierno de 1410 las dos familias más poderosas de la ciudad retomarán sus antiguas peleas y litigios. Los Liñán apoyaban a Jaime de Urgel, buscando la ayuda de Antón de Luna para echar de la ciudad a los Sayas, que acabarán saliendo victoriosos. La  tregua entre las dos familias se firmará en el monasterio de Santa Clara de Calatayud, donde era abadesa doña Contesina de Luna, hermana de Benedicto XIII.

            Benedicto XIII, de acuerdo con el gobernador y el Justicia Mayor de Aragón, decide acelerar el proceso para la elección de un nuevo rey y el 20 de enero de 1411 se convoca con carácter de urgencia un parlamento en Calatayud, al que califican como Parlamento general. Los nuncios catalanes llegan el día 1 de febrero. El día 7 lo hacen el gobernador y el Justicia de Aragón y el 8 se constituye el Parlamento de Calatayud, que presidirán el gobernador y el Justicia Mayor de Aragón en la iglesia de San Pedro de los Francos.
            A esto, Antonio de Luna se dirige a Calatayud con gente de armas, con la intención de tomar los tres castillos del recinto amurallado. A tres millas de la ciudad acampan. El gobernador de Aragón manda cerrar las puertas de la ciudad, para garantizar la libertad de decisión de los parlamentarios. Los vecinos de la ciudad forman patrullas armadas para garantizar el orden público y defender los principales puntos del recinto amurallado. Desde los campanarios los vigías observan, para avisar a la ciudad de cualquier movimiento de tropas.

            Los embajadores de Cataluña abandonan la ciudad para entrevistarse con Antonio de Luna, consiguiendo que sus tropas se retiren de los alrededores de Calatayud. Sin la amenaza de estas tropas, el parlamento de Calatayud continúa con sus deliberaciones. Su presidente propone la elección de nueve personas para que preparen la celebración de un Parlamento general de toda la Corona de Aragón, donde se resuelva el derecho a la sucesión al trono. Los elegidos representarán a los cuatro brazos presentes en las Cortes de Aragón: brazo eclesiástico, nobles, caballeros e infanzones, y universidades. En total ocho, más el jurista Berenguer de Bardaxi, elegido por acuerdo de todos. Los valencianos enviarán también a dos embajadores.

            Durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo, las negociaciones de los parlamentarios se suceden. Los cuatro brazos se reúnen por separado antes de las sesiones plenarias, en las que no consiguen acordar nada en concreto. El arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, pacta con los embajadores de Valencia y Cataluña celebrar un Parlamento general de los tres estados donde se elija al nuevo rey. Pero el 28 de mayo se produce un grave desencuentro entre los nueve parlamentarios aragoneses, reunidos en el palacio episcopal de Calatayud. El obispo de Tarazona se opone a que el futuro Parlamento general lo presida un representante de Cataluña. El 31 de mayo el Parlamento celebra su última sesión y el día 1 de junio se despiden y clausuran aquel primer encuentro. Esa misma mañana se decide que Aragón, Valencia y Cataluña celebren sendos parlamentos por separado, pero nada se aprueba de la convocatoria de un Parlamento general de los tres Estados. Todos parten de Calatayud. El arzobispo de Zaragoza será interceptado y asesinado en los alrededores de La Almunia por hombres de Antonio de Luna.

            Tras el Parlamento de Calatayud, los delegados aragoneses volverán a reunirse en Alcañiz, donde en febrero de 1412 celebrarán la Concordia que conducirá a la aprobación del procedimiento de elección del nuevo rey de la Corona. Los valencianos se reunirán en Morella y los catalanes de Tortosa. Los aragoneses, pecando esta vez de soberbia, proclamaron que si no se llegaba a ningún acuerdo, Aragón decidiría el nuevo rey, «como cabeza de los otros reinos y tierras de la real Corona de Aragón».

            En junio de 1412, los nueve compromisarios, tres por cada uno de los tres reinos y estados, se reunirán en la villa de Caspe, donde decidirán por mayoría absoluta de seis votos que Fernando de Antequera sea rey de la Corona de Aragón. Los cronistas dirán de aquello que fue «el mayor asunto jamás acometido por los hombres de letras para determinar una causa por la vía del derecho y la Justicia».

            En febrero de 1414 Fernando de Antequera será coronado rey de la Corona de Aragón en La Seo de Zaragoza. José Luis Corral escribe: «Por primera vez en la historia de la humanidad, miembros de tres territorios soberanos  (Aragón, Cataluña y Valencia), sumidos en una enorme crisis dinástica y sucesoria, decidieron seguir juntos, elegir a un monarca en común y hacerlo mediante un arbitraje pactado cuyo veredicto, fuera el que fuese, se comprometieron a asumir todas las partes». Todo aquel largo proceso, que culminaría en el Compromiso de Caspe, comenzó en la ciudad de Calatayud en febrero de 1411.

            Al final de acto, el presidente del Centro de Estudios Bilbilitanos, Manuel Micheto, impuso la insignia del Centro al nuevo consejero José Luis Corral Lafuente, que confirmó su disposición a seguir trabajando por Calatayud y por el Centro de Estudios Bilbilitanos, como viene haciendo ya desde hace largos años.

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