Con el romanticismo, en el siglo XIX surge un interés entre las clase pudiente por los viajes que hoy llamaríamos 'turísticos', es decir, viajes hechos solo por el placer de conocer ciudades, monumentos y paisajes. Comenzaron a publicarse 'libros de viajes', algunos con carácter enciclopédico, como es Recuerdos y bellezas de España, que inició en 1839 el librero, historiador y arqueólogo menorquín José María Quadrado, y las ilustraciones, como en el resto de la colección, con litografías del barcelonés Francisco Javier Parcerisa.
Del tomo de Aragón se han hecho varias reediciones y alguna empresa o institución debería hacer otra. En esta edición se reproduce sólo los concerniente a la comarca de Calatayud, que va dividido en dos capítulos, uno dedicado a la comarca en general -cuando incluía el valle del Aranda-, y otro al Monasterio de Piedra. (Agustín Sanmiguel Mateo)
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